El arte, en todas sus expresiones, es evidencia de las tradiciones del lugar donde se crean. Con estos elementos se pueden comprender los usos y costumbres de los habitantes de cierta región y quedar plasmados para la eternidad.

En nuestra búsqueda de talentos mexicanos, nos topamos con Christopher Plata Ramírez quien comparte esta visión. Él es un artista chilango de 28 años que radica actualmente en Cuernavaca, Morelos y nos acercó a su obra la que define como “pedacitos de México”.

“Me encanta pintar al óleo creo que ese es mi fuerte, aunque básicamente soy autodidacta. Un día me cruzaba con murales, pinturas, tatuajes, hasta que un día simplemente algo hizo clic dentro de mí y supe que eso quería hacer… aprender a pintar.”

El principal empuje de Chris para la creación de su arte es todo el folclor que nuestro país nos regala día a día. Todos esos detalles que le dan identidad a México es más que suficiente para provocarle la inspiración.

“Mi mayor inspiración, es preservar a través del arte las tradiciones, rituales, y costumbres de México, sin olvidar la vasta riqueza cultural y natural que tenemos, basta con un paseo por el bosque para convencerme de que quiero vivir de esto…”

Pero, más allá de tener la inspiración y las metas bien identificadas, hay varios factores que intervienen en ese proceso creativo, ventajas y obstáculos, entonces le preguntamos ¿cómo si vive el arte en Cuernavaca?

“La ciudad donde vivo, es difícil vivir del arte, encontrar apoyo, paredes, quien te de la pintura, es difícil, pero si fuera fácil todos lo haríamos así que pues esa es una de mis metas, dejar en esta ciudad parte de lo que soy a través del arte.”

Resaltar artísticamente ante una escena tan transitada es algo bastante difícil. Christopher lo hace por ser uno de los artistas que, además de tener pasión por la pintura, plasma de manera tajante el amor por su país y su gran deseo por la conservación de sus tradiciones.

“¿Qué espero lograr? Provocar algo en las personas que se encuentren con mi trabajo, crecer y sobre todo, nunca, pero nunca, dejar que las tradiciones se mueran.”