Los antepasados del perro Chihuahueño fueron toltecas

Y los llamaban Techichi

Todos hemos visto un perro chihuahueño por ahí, todo pequeño y ladrándole a lo que se mueva, así sea un perro del doble de su tamaño pero ¿sabías que este perrito tiene orígenes precolombinos? Aquí te contamos un poco más.

En épocas prehispánicas se ha encontrado registro de por lo menos tres tipos de perros: los “comunes”, que se cree son parientes de los perros mestizos que se ven por todo el país y que eran animales de compañía; el mítico Xoloescuincle, que era un animal sagrado que acompañaba a los muertos al inframundo; y el Tlachichi o Techichi, un perro pequeño que se criaba como alimento.

 

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Este último es el tatarabuelo del chihuahueño, un can bajo y de patas cortas que en un principio fue perro de compañía para los toltecas. Eventualmente fue domesticado para consumo humano, sobre todo en contextos religiosos y ceremoniales, pues se han encontrado restos en tumbas humanas.

A la llegada de los españoles, se describió al Techichi como un perro de aspecto triste y que no ladraba “ni aunque lo aporreasen”. Se extinguió porque, a falta de ganado, los españoles consumieron toda la carne de Techichi en México (¡malditos!).

 

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Pero antes de que se los comieran todos, el Techichi se cruzó con otro perrito, probablemente un crestado chino que trajeron los barcos comerciantes o alguna otra raza americana y de ahí nació el chihuahueño.

Se cuenta que el primer chihuahueño fue descubierto deambulando y cazando animales pequeños en Chihuahua, cerca del sitio de Casas Grandes, y por eso se le dio ese nombre, que en rarámuri significa “árido y arenoso”.