Aquí en México somos muy dados a hacer las cosas “a ojo de buen cubero”, es decir, de forma aproximada o al tanteo, ¿o cómo cocina tu abuelita?
El origen de esta frase viene de España, en donde las cubas (como barricas) eran recipientes de madera que contenían vino, agua, aceite o algún otro líquido y que además servían de unidad de medida, ya que todavía no contaban con tacitas medidoras.
Como podrán adivinar, el cubero era el que hacía las cubas, pero como eran de forma artesanal, sin moldes ni nada, el tal cubero tenía que tantearle muy bien para que todas quedaran más o menos iguales. Y así es como quedó la frase acuñada.
¡Interesante!