¿Qué tiene en común las costas de Baja California, el Golfo de México y el Mar Caribe? Bueno, entre otras cosas, los tres albergan un ecosistema marino impresionante: los bosques de macroalgas.
Los bosques de macroalgas, también conocidos como bosques de kelp, sargazos o laminariales, son ecosistemas costeros en donde habitan enormes algas pardas, rojas y verdes que van creciendo hasta casi tocar la superficie en busca de un poco de sol. Estas plantas marinas pueden medir de 30 hasta 80 metros de alto y su postura vertical se debe a que en sus hojas viven neumatocistos, organismos celulares que los proveen de gas y flotabilidad.
Estos bosques submarinos son hogar de muchas especies de peces, cangrejos, caracoles y lobos y elefantes marinos, según la zona. Además, estos bosques son barreras naturales contra el oleaje que viene de mar abierto, fijan el carbono, mantienen la calidad del agua y estabilizan el suelo marino.
Este ecosistema requiere de muchos nutrientes en el agua, una temperatura por debajo de 20º y un sustrato rocoso para que las algas puedan fijarse en él, pero las tormentas y el calentamiento del agua debido a cambios climáticos están poniendo en peligro su reinado marino.