Justo en la axila de México, saliendo de la península y entrando a Sonora, está la Reserva de la Biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, hogar de cráteres milenarios y paisajes que parecen de otro planeta y que de hecho se pueden ver desde el espacio.
En el Pinacate hay un sistema volcánico que nos deja ver los tres picos más altos: el Pinacate, Carnegie y Medio y tiene la mayor concentración de cráteres tipo “maar” en el mundo. En estas tierras han habitado los Tohono O’Odham, una tribu ancestral que transita por el desierto.
Por su tipo de terreno, este lugar ha sido lugar de entrenamiento de astronautas. En 1970, aquí estuvo la tripulación de la Misión Apolo 14 haciendo un entrenamiento intensivo para su viaje a la Luna, y el año pasado la NASA hizo una visita al sitio para que pronto vayan más tripulaciones espaciales a prepararse para futuras misiones.
Si visitas esta reserva hay un recorrido de 80 kilómetros en auto en donde puedes ir bajando en los sitios marcados para admirar los cráteres El Elegante, el más grande con 1,609 metros de diámetro y 244 de profundidad, El Tecolote, y Cerro Colorado, y puedes acampar en algunas zonas.
El Gran Desierto de Altar es el desierto con mayor biodiversidad y ahí se encuentra el campo activo de dunas más grande del mundo: un paisaje móvil lleno de dunas estrella, que sólo existen en pocas partes del globo. Aquí también puedes hacer una caminata, pero esta parte permanece cerrada desde junio a septiembre debido a las altas temperaturas.
Además, puedes visitar el museo de sitio Schuk Toak, que abre de jueves a domingo en verano y en donde aprenderás todo sobre la flora, fauna, volcanes y montañas que comprenden esta reserva y recorrer los senderos interpretativos en donde, con suerte, podrás ver algo de fauna.
Recuerda que si vas a visitar este sitio tienes que ir preparado, ya que hace mucho calor y las caminatas son largas, lleva mucha agua y ropa adecuada, ¿tú ya fuiste?