La Michoacana que está en todas partes

Paletas, nieves, aguas frescas, todos hemos ido a una paletería Michoacana por lo menos una vez en la vida. ¡Y es que están por todos lados! Este modelo de negocio cien por ciento mexicano es una historia de éxito directito de, sí, Michoacán.

Todo empezó en Tocumbo, un municipio michoacano en donde Rafael Malfavón abrió su primer paletería. A Rafael le iba bien y uno de sus empleados, Ignacio Alcázar, decidió “tomar prestado” algo de dinero y huyó a la Ciudad de México, en donde abrió su propia paletería que en poco tiempo resultó todo un éxito (y le permitió pagar su “deuda”).

Con esta experiencia de por medio, varios paleteros de Tocumbo decidieron ir a la gran ciudad a probar suerte y cuál fue su sorpresa cuando vieron que ¡a todos nos encantan los helados!

Poco a poco se fueron abriendo más paleterías con un modelo de negocio que permitía a los empleados volverse dueños en poco tiempo: el dueño original pone al frente a una persona de confianza y eventualmente le vende el establecimiento a pagos, y este ciclo se repite hasta llenar el país de paleterías. Y no sólo el país, porque también en Estados Unidos esta franquicia también es súper popular.

“La Michoacana”, “La Flor de Michoacán”, “La Original Michoacana”, al final de cuentas todas estas paleterías nacieron de donde mismo y vaya que tuvieron éxito, para muestra basta un botón: no se sabe a ciencia cierta cuántas Michoacanas hay en México, pero se calcula que son entre 8 y 15 mil.

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¿Se te antojó una paleta helada?