Al norte de Sonora se encuentra una linda ciudad con calles empedradas que fue fundada como misión y que ha prosperado como pueblo mágico.
Antes de que Kino llegara, aquí vivían los pápagos y pimas altos, pueblos que se resistieron a la ocupación española. Estos habitantes originales destruyeron la Misión de Santa María Magdalena, que fue el primer intento de “colonizar” estas tierras.
En 1687 Eusebio Francisco Kino logró evangelizar a los pueblos indígenas de la región y les enseñó técnicas de cultivo, las cuales fomentaron la formación de las misiones en el territorio norte del país.
Pero la verdadera razón del nombre de este pueblo mágico es que, después de mucho buscar, se encontraron en 1966 los restos del padre Kino bajo la Plaza Monumental de Magdalena.
En la actualidad este pintoresco pueblito es un lugar tranquilo para ir a conocer y caminar por sus calles rústicas. Puedes tomar la Ruta del Corredor Histórico Cultural, que te llevará a conocer los spots más populares de la ciudad. Su platillo más popular son las chimichangas y seguro puedes encontrar algunas coyotas para el postre.