En un país y una época totalmente machista, la Revolución Mexicana no se hubiera logrado sin las mujeres anónimas que acompañaron a los batallones ya sea cocinando, curando y hasta peleando. Estas mujeres fueron las soldaderas, o Adelitas, y las soldadas.
El movimiento armado revolucionario duró 10 años y todos estaban involucrados. Las mujeres casi siempre estaban presentes primero para actividades domésticas e incluso para saciar las calenturas de los soldados. Pero no todas quisieron quedarse en eso.
Las soldaderas no cargaban armas, pero las soldadas sí. Las soldadas debían tener su propio caballo, se enlistaban de forma oficial y, a pesar de los machos mexicanos, podían (y lo hicieron) subir de rango.
Hubo muchísimas mujeres que formaron parte de este movimiento armado, pero desgraciadamente la historia las ha olvidado. Aquí te presentamos a algunas de ellas:
Adela Velarde “Adelita”: Se dice que era muy bella y que se convirtió en enfermera para los heridos de la División del Norte desde los 14.
Carmen Parra “La Coronela Alanís”: Empezó como mensajera pero pronto se colocó al frente de la batalla, peleó en la División del Norte y llevó mensajes de Emiliano Zapata.
Juana Gutiérrez de Mendoza y “La China”: Comandaron un batallón formado por viudas, hijas y hermanas de combatientes fallecidos.
Carmen Vélez “La Generala”: Comandó a más de 300 hombres en Tlaxcala.
Además de su presencia en las filas combatientes, esta época también presenció la siembra de las primeras semillas de la liberación femenina. Las mujeres vieron que pueden hacer todo lo que los hombres y que no valen menos, y se empezó a luchar por la igualdad de género.