Los tzompantlis: colecciones de cráneos

Tradición espeluznante

Ya viene el Día de Muertos y nos vamos a poner un poco espeluznantes con esta historia. En la cultura mexicana las calaveras siempre han estado presentes de una u otra forma y para nuestros antepasados mexicas no son la excepción.

Los tzompantli son colecciones de cráneos, casi siempre de individuos sacrificados, un altar a la vista de todos para acompañar al Sol y honrar a los dioses y una práctica común entre los antiguos mesoamericanos de distintas regiones. Se cree que además de servir como advertencia también celebraba la vida, ya que debía de haber muerte para que hubiera más vida.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Anna Rieke (@anna_rieke) el

Para armar un tzompantli, primero tenían que recolectar cráneos. Estos venían de las Guerras Floridas, sacrificios humanos y enemigos capturados. Los cráneos se ensartaban en varas mediante unos agujeros en las sienes, algunas veces desollados y otras con todo y todo y se colocaban de forma horizontal. También se han encontrado representaciones de tzompantlis en piedra a lo largo de Mesoamérica.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Le Monde (@lemondefr) el

Tan solo en Tenochtitlán hay siete tzompantlis, cada uno dedicado a una deidad. El más reciente, el Huey Tzompantli, fue descubierto en 2015 y hasta ahora se han encontrado más de 350 cráneos, pero también se han encontrado estas edificaciones en Chichén Itzá, Tlaxcala y Oaxaca, lo que nos dice que era una práctica presente en casi todo Mesoamérica.

A pesar de que esta tradición hoy nos pueda parecer un poco espeluznante, para los mexicas los sacrificios eran la forma en que podían seguir existiendo, sin muerte no hay vida.