Nomás pasa Día de Muertos y tu abuelita ya está desempolvando sus figuritas de cerámica, las casitas de la Coca Cola y llenando su sala de musgo para poner su súper nacimiento pero, ¿de dónde viene esta tradición?
En el siglo XIII en Italia, San Panchito de Asís empezó a hacer representaciones simples del nacimiento de Jesús, algo así como pastorelas. La gente vio estas obras y quiso reproducirlas en su casa, pero como no tenían actores, usaron figuritas de madera o barro.
De ahí la costumbre se extendió por toda Europa y eventualmente llegó a América por medio de los españoles, siendo un recurso didáctico para la evangelización. A los mexicanos les gustó la tradición y empezaron a ponerlos en sus casas, desarrollando su propio estilo.
Tan lo hicimos nuestro que hay lugares que se especializan en este tipo de artesanías, como en Tzintzuntzan, Michoacán, Metepec en el EdoMéx, Ameyaltepec y Tolimán en Guerrero y en Tlaquepaque, Jalisco.
Hoy en día podemos ver casas que ponen nacimientos grandotes en sus entradas, con todo el escenario de una ciudad y mil y un personajes, desde animales de la granja hasta algunos colados como Santa Claus.