¿Sabías que nuestros antepasados también tenían juegos de azar? Así es, a los mexicanos siempre nos ha gustado divertirnos y el más popular fue el Patolli, jugado por teotihuacanos, toltecas, mayas y aztecas. Se han encontrado tableros en sitios arqueológicos y códices de diferentes áreas de Mesoamérica, por lo que se sabe que era conocido en casi todo el territorio.
La palabra patolli significa “frijoles”, específicamente los frijoles rojos, o colorines, a estos frijoles se les hacía un punto y funcionaban de cinco en cinco como dados. Antes de empezar la partida, los jugadores quemaban incienso y le rezaban a Macuilxóchitl, dios de la música, danza y juegos de azar y apostaban mantas, plantas de maguey, piedras preciosas, y hasta su libertad.
El tablero tiene forma de cruz y cuenta con 52 casillas que representan el ciclo calendárico azteca y 4 trecenas representadas por los signos de calli (casa), tochtli (conejo), acatl (caña) y técpatl (pedernal). Este tablero se ha encontrado grabado en piedras pero también era común que fuera trazado en petates y transportado a las fiestas.
El objetivo del juego es recorrer el tablero con todas las fichas: tiras los frijoles-dados y según la puntuación vas avanzando. Si caes en donde mismo que otro jugador, lo puedes sacar y hay espacios en donde tienes que pagar apuestas. Gana el primero que recorre todas las casillas y pierde quien se queda sin fichas o sin apuesta.
Si quieres darte una idea de cómo se juega, hay una versión en línea aquí. ¿Qué otros juegos tradicionales conoces?