¡Que no te den gato por liebre!

Esta expresión es una de tantas que escuchamos de nuestras tías, abuelas, padres y de repente ya la estamos usando también nosotros, aquí te contamos de dónde viene para que no te vuelvan a dar gato por liebre.

La frase se usa cuando engañan a alguien y, a propósito, le dan un objeto o servicio “chafa” haciendo pensar que en realidad se obtiene algo de mayor precio y calidad. Por ejemplo, en el tianguis te venden unos tennis “de marca” y cuando llegas a tu casa y los inspeccionas te das cuenta que son más piratas que Barba Negra.

El origen de esta frase viene desde la Edad Media y fue traída por los españoles a este país. En aquella época era común que los cazadores mataran gatos y liebres por su carne, una vez que se les quitaba la cabeza, patas, piel y cola para venta era muy difícil diferenciarlos y los cazadores vendían la carne de gato a precio de liebre, cabrito o cordero, llevándose mayores ganancias y dejando a los clientes comiendo carne de gato.