El rebozo es una prenda popular entre las mujeres mexicanas desde hace mucho tiempo y hay un lugar en San Luis Potosí en donde se elaboran los más finos del país: Santa María del Río, cuna del rebozo, como lo dice el anuncio que te recibe en este pequeño poblado.

Los orígenes de esta prenda tradicional se remontan a la cultura otomí, pero se terminó de popularizar cuando los españoles empezaron a requerir que las mujeres se cubrieran para entrar a la iglesia. Hoy en día incluso hay una Escuela del Rebozo en esta localidad y sus obras han sido exhibidas en el extranjero.

¿Y qué es lo que hace que estos rebozos sean tan especiales? Sus diseños intrincados toman de tres a cuatro semanas en elaborarse, hay hasta diez diseños, entre ellos el “de bolita” y el “caramelo”, que lleva siete colores. Originalmente se confeccionaban con seda, aunque de un tiempo para acá se usan otros materiales, además, estos rebozos todavía se elaboran a mano y con telar de cintura, ¡son piezas de arte!