¿Las manitas de quién o qué? El origen de esta frase está medio loco y aquí te lo contamos.
Bueno pues ya sabemos que aquí en México siempre nos ha gustado entrarle a las bebidas etílicas con mucho gusto y por allá del siglo XIX, en el auge del pulque, no había garrafones ni envases muy prácticos para transportarlo.
¿Y qué usaban? Usaban “odres”, que eran nada más y nada menos que recipientes hechos con la piel de un chivo o un cochi, pero así completita, con manitas y patitas.
Así que cuando te llenaban el odre “hasta las manitas” es porque iba a haber una buena parranda. De ahí que se haya quedado para referirnos a cuando tomas unos buenos litros de tu bebida alcohólica de preferencia.
¡Ahora ya sabes!