En el centro de Valladolid, a unas cuadras del mercado, está una de las maravillas de la península de Yucatán, el cenote Zací, una caverna parcialmente colapsada escondida entre calles y vegetación.
Zací significa “gavilán blanco” y también fue el nombre de la ciudad maya que se encontraba en esa zona. El cenote tiene unos 25 metros de diámetro y su profundidad va de 25 a 100 metros; la altura desde el espejo de agua al tope de la caverna ronda los 30 metros.
Este cenote guarda la trágica leyenda de amor de Zac-Nicte y Hul-Kin, dos enamorados de pueblos enemigos. Al enterarse de su amorío, el padre de Hul-Kin lo mandó lejos a casarse con otra mujer, al enterarse de esto, Zac-Nicte no pudo con el pesar y se aventó al cenote con una piedra amarrada al cabello. Esto llegó a los oídos de Hul-Kin, quien regresó a Zací a reunirse con su amada, pero en el Mictlán.
La entrada a este cenote es a través de un estacionamiento que se ve muy normal, pasas por una especie de patio con mucha vegetación, empiezas a bajar por unas escaleras de piedra hasta un vestíbulo oscuro y de repente ¡pum! Azul, turquesa, verde, más verde…
Para llegar hasta el agua tienes que bajar por unas escaleras de piedra que van descendiendo por alrededor de la cavidad y hacia arriba puedes ver las raíces de los árboles colgando junto con estalactitas, orquídeas, helechos y teléfonos colgantes. Si eres de los más valientes, hay varios puntos desde donde puedes echarte un clavado.
El cenote tiene un costo de $30 pesitos y tu boleto es válido todo el día, puedes entrar y salir cuantas veces quieras, así que aprovecha que todo está muy cerca y ve a dar la vuelta al mercado o a recorrer las hermosas calles de Valladolid para después regresar a refrescarte.