La cocina mexicana es surrealismo puro, si creías que comer chapulines era lo más exótico que teníamos, piénsalo dos veces. Cada año, cuando las intensas lluvias de junio y julio llegan a Oaxaca, también lo hacen las hormigas Chicatanas, animales considerados un manjar en la cocina oaxaqueña.
Estas hormigas tienen un cuerpo grande y alargado, son rojizas ¡y vuelan! Desde la época prehispánica este insecto ha sido parte de nuestra gastronomía debido a su rico sabor y, sobretodo, a que es un alimento con muchísimas proteínas.
La forma más tradicional de cocinar estas hormigas es en salsa, la cual se prepara en molcajete y se come con tortillas calientitas hechas a mano. Algunas personas hacen mole con ellas y otras simplemente las tuestan, les quitan las alas y las mastican como si fueran nueces.
Aunque las Chicatanas se pueden encontrar también en los estados de Puebla, Chiapas, Veracruz e Hidalgo, son más populares en Oaxaca, donde las familias se emocionan y se unen para capturar estas hormigas tan esperadas durante todo el año.