Antes de que el pulque sea pulque, es aguamiel: la savia del agave, pero sin fermentar, una bebida que además de rica y dulzona está llena de nutrientes y se ha venido consumiendo desde tiempos prehispánicos.
El aguamiel, sirope o tlachique es el líquido recién extraído del agave y para obtenerlo se debe esperar por lo menos ocho años para que el maguey madure: solo entonces el tlachiquero puede recoger el aguamiel.
El tlachi, ¿qué? Tlachiquero. Así se le llama a la persona que extrae el aguamiel y para hacerlo se apoya de un acocote, un instrumento hecho de una calabaza seca por el que se succiona el líquido desde el corazón del maguey.
Se recomienda que el aguamiel se tome recién extraído, ya que tiene una vida de 24 a 48 horas antes de que empiece a fermentar. Es un excelente hidratante que contiene electrolitos, fibra soluble, hasta 8% de proteína, potasio, magnesio, calcio, zinc y vitamina C.
Durante la época prehispánica el aguamiel se usaba como medicina y como endulzante, haciendo un jarabe conocido como miel de maguey, que se obtiene hirviendo el aguamiel. Además, se dice que es muy bueno para los diabéticos ya que ayuda a equilibrar los niveles de azúcar en la sangre, es antioxidante, ayuda contra el colesterol malo y a fortalecer tu sistema inmunológico.
Todo eso en un vasito de agua de agave.