Antes de que el plástico nos invadiera era necesario experimentar con otros materiales más orgánicos como el papel, ingrediente principal para crear a las muñecas Lupitas, icono colorido del juguete popular mexicano que tiene más de 200 años de existir.

En México durante la época colonial empezaron a llegar las muñecas europeas de porcelana, muy lindas, delicadas y carísimas, por cierto. Este juguete estaba destinado a una parte muy pequeña de la población y los mexicanos decidimos tomar el asunto en nuestras manos creando nuestras versiones de las muñecas, una de ellas fue la Lupita.

Las Lupitas son hechas con la técnicas de papel maché utilizando moldes para las partes del cuerpo y uniendo las extremidades con un mecate para que tenga movilidad. Su característica principal es su vestimenta: trajes de baño coloridos, con flores y diamantina y casi siempre con su nombre. Y cómo olvidar esas caritas que nos regresan a una época distinta, con peinados y maquillaje muy lindos.

Se cree que las primeras Lupitas de cartón fueron creadas en Celaya, Guanajuato pero también se volvieron muy populares en la Ciudad de México. Hoy en día ya no son tan buscadas como hace unos años pero todavía puedes encontrarlas en algunos mercados y durante las ferias. (Yo las he visto en el mercado Benito Juárez, en Guanajuato capital)

El proyecto Miss Lupita fue una serie de talleres en la CDMX entre 2010 y 2011 que buscaban revitalizar esta muñeca. Las muñecas elaboradas durante el taller por todo tipo de ciudadanos fueron llevadas a Tokio y Portugal, en donde dieron una muestra de lo que es el juguete popular en la cultura mexicana.

¡A seguir rescatando nuestras tradiciones!