La guacamaya roja se llama así por su majestuoso plumaje color rojo escarlata que, combinado con el amarillo y azul de sus alas, la hacen irresistible a la vista. Las guacamayas son aves muy inteligentes y pueden imitar el habla humana por lo que desde épocas prehispánicas además de buscarlas por sus plumas, se les adiestraba y tenía como mascotas.
Para los mayas, la guacamaya escarlata estaba relacionada con Kinich Kakmó, un dios cuyo nombre significa “guacamaya de fuego con rostro solar”. En Izamal, Yucatán hay una pirámide dedicada a este dios y se creía que bajaba al mediodía en forma de guacamaya para quemar y purificar las ofrendas.
Hoy en día esta ave tan hermosa está en peligro de extinción en nuestro país debido a la intensa destrucción de su hábitat, la selva húmeda. Si bien existen ejemplares en cautiverio, la Selva Lacandona y la Reserva de la Biósfera Montes Azules, en Chiapas, son los últimos refugios naturales de esta especie en México.